¡Ay Chocolate!
cómplice de los enamorados
y consuelo de los traicionados;
Amor platónico de las figuras light.
Con una probada
te vuelves el frenesí
la droga del adicto.
Te derrites en la boca
despacio y lentamente
como se derrite la nieve,
cuando llega el verano.
Y como siempre en la vida
esos momentos de alegría
y satisfacción que provocas
queda en un muy bello
pero pequeño recuerdo.
Haces que te veneremos
y que te amemos,
haciendo que cada vez que te probamos
y te terminamos espesemos casi
inmediatamente a desear
y a añorar con ansias
probarte de nuevo.
Por:
katherine Patiño